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La historia detrás del chiste que murió en el escenario

Introducción

¿Alguna vez te has preguntado cuál es la historia detrás de un chiste que simplemente no funciona en el escenario? Muchos comediantes han experimentado la incomodidad de contar un chiste que se cae en su cara y deja a la audiencia en silencio. En este artículo, exploraremos las posibles razones por las que algunos chistes pueden no funcionar y cómo los comediantes pueden recuperarse de la situación.

El chiste en sí mismo

Comencemos con la parte más obvia: el chiste en sí mismo. Cuando un chiste no funciona, es posible que el problema radique en el contenido del chiste en lugar de en el comediante. El chiste puede ser ofensivo, inapropiado, mal estructurado o simplemente no gracioso. Los comediantes a menudo prueban sus chistes en pequeños clubes o en micrófonos abiertos antes de llevarlos a un escenario más grande, pero incluso los chistes que han funcionado en el pasado pueden no haber generado la misma respuesta en la audiencia a la que se presenta en ese momento.

El público

Otro factor que puede influir en la reacción del público a un chiste es el propio público. Los chistes que funcionan bien en una sala llena de personas de la misma edad y origen cultural pueden no ser tan efectivos en una audiencia más diversa. A veces, los comediantes tendrán que ajustar su estilo o sus chistes para adaptarse mejor a la audiencia en cuestión, lo que puede ser un desafío.

La táctica del comediante

También es posible que el problema no sea el chiste ni la audiencia, sino la forma en que el comediante presenta el material. La misma broma contada por tres comediantes diferentes puede generar respuestas muy diferentes del público. El comediante puede estar hablando demasiado rápido, dando demasiado énfasis a los puntos equivocados o simplemente no tener la confianza necesaria para hacer que el chiste tenga éxito. En algunos casos, el comediante puede incluso haber olvidado una palabra crucial o una pausa cómica, lo que puede hacer que el chiste no tenga sentido.

La recuperación de un chiste fallido

Aquellos que han estado en la posición de contar un chiste que simplemente no funciona saben lo incómodo que puede ser. Sin embargo, cuando esto sucede, los comediantes tienen una elección: pueden colapsar y retroceder o pueden tratar de recuperarse. Una técnica común es hacer una broma sobre la falta de risa o hacer un comentario incómodo para sacar la atención del chiste fallido. En otros casos, el comediante puede simplemente continuar con su set sin hacer referencia al chiste fallido y esperar que el público se olvide de ello.

El costo emocional

A pesar de las técnicas de recuperación, muchos comediantes se quedan con un sentimiento de fracaso después de un chiste fallido. La comedia es un arte subjetivo y cuando un chiste no funciona, puede hacer que el comediante se sienta como si hubiera perdido su habilidad para hacer reír a la gente. Los comediantes tienen que aprender a superar estos sentimientos y a seguir adelante, sabiendo que en el mundo de la comedia, los chistes fallidos son parte del juego.

Conclusión

En conclusión, la razón por la que un chiste falla en el escenario puede ser multifacética y no es siempre responsabilidad del comediante. Sin embargo, los comediantes tienen que ser capaces de recuperarse de una situación incómoda y seguir adelante, sabiendo que su éxito no se mide por una sola broma fallida. La próxima vez que estés en el público y escuches un chiste que no funcione, recuerda que en ocasiones, incluso los comediantes más talentosos experimentarán una muerte en el escenario.